Museo de la Revolucion, La Habana. Cuba
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- Calle Refugio No. 1 e/ Zulueta y Monserrate, Havana City. Cuba
- Daily
- (537) 8622463
- Destino: La Habana
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En el que fuera Palacio Presidencial, desde García Menocal, en 1920, hasta Fulgencio Batista, en 1958, se encuentra este interesantísimo museo. El estilo del edificio es de gran refinamiento, y su cúpula, extraordinaria. Se destacan el Salón de los Espejos y el comedor, decorado con frescos de Romañach. A través de su colección se puede hacer un recorrido por la historia de Cuba en el siglo XX, desde las luchas y revueltas de los primeros años hasta nuestros días, pasando por el triunfo de la Revolución: fotografías, documentos, maquetas, objetos personales de los héroes, salones dedicados a las gestas guerrilleras del Ché y Camilo Cienfuegos... En el exterior, el tanque que abatió al buque Houston en Bahía de Cochinos, y el yate Granma, en el que Fidel y sus ochenta compañeros retornaron del exilio para emprender la guerrilla desde la Sierra Maestra. Visita imprescindible.
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Museo de la Revolucion se encuentra ubicada en La Habana
La capital cubana es, sin dudas, el destino turístico por excelencia de la mayor de las Antillas. Y dentro de ésta su centro histórico "declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1982" resulta un punto de obligada referencia para cuanto visitante llega a esta urbe, durante siglos considerada la llave del Golfo de México.
Al lejano noviembre de 1519 se remonta la fundación, en su emplazamiento definitivo junto al canal de entrada de una bien protegida bahía, de la villa de San Cristóbal de La Habana, convertida con el tiempo en punto de encuentro de las flotas españolas que trasladaban a la metrópolis las riquezas extraídas de sus dominios en el llamado Nuevo Mundo, y eje fundamental en el comercio y las comunicaciones entre éste y el Viejo Continente.
Semejantes ventajas, derivadas esencialmente de su estratégica posición geográfica, incidieron también de manera directa sobre el ulterior desarrollo de la próspera villa, que comenzó a crecer al amparo de un sistema defensivo sin par en la América hispana y rodeada por una muralla cuya construcción (iniciada en la segunda mitad del siglo XVII y concluida más de 100 años después) se consideró desde su inicio ineficaz y costosa.
El Templete, un pequeño edificio neoclásico inaugurado en 1828, es el sitio donde cada 16 de noviembre los habaneros festejan la celebración de la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de La Habana, y el punto a partir del cual se inician –por lo general– los recorridos turísticos por el núcleo original de la capital cubana.
A escasos pasos de allí se encuentran la Plaza de Armas, en torno a la cual se levantan el imponente Castillo de la Real Fuerza (1577) –donde hoy se exhibe la colección de cerámica artística más importante de la Isla y sobre cuya torre se erige La Giraldilla, una artística veleta símbolo de la ciudad– y los Palacios de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad) y del Segundo Cabo.
Otras tres plazas y sus edificaciones colindantes despiertan invariablemente el interés de sus visitantes: la Plaza de la Catedral, rodeada por opulentas mansiones; la recién restaurada Plaza Vieja, donde sobresale la casa de los Condes de San Juan de Jaruco; y la Plaza de San Franciso de Asís, aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre, en uno de cuyos claustros se encuentra el Museo de Arte Sacro.
Mas caminar por las calles de la Habana Vieja, muchas de éstas aún adoquinadas, representa también la posibilidad de acercarse a más de una docena de museos y estudios-galerías de afamados artistas plásticos cubanos y latinoamericanos; visitar las casas de Benito Juárez, de Asia, Africa, Puerto Rico, de los Árabes (allí se encuentra la única sala para las plegarias musulmanas existente en Cuba) y de Simón Bolívar.
Resulta asimismo interesante visitar la maqueta de esta municipalidad; transitar por la Alameda de Paula, un hermoso paseo construido en la segunda mitad del siglo XVIII; o cruzar la bahía para llegar hasta los ultramarinos poblados de Casablanca, donde se erige el Cristo de La Habana, y Regla, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Regla, protectora de marinos y pescadores y patrona de la Bahía de La Habana.
El parque histórico-militar Morro-Cabaña lo conforman dos reductos de la magnitud del Castillo de los Tres Reyes del Morro (1630) y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1774), catalogada en su momento como la obra cumbre del sistema defensivo abaluartado. Precisamente desde esta última fortificación se dispara cada noche, a las nueve en punto, un cañonazo de salva que en llamativa ceremonia rememora los tiempos cuando sendos fogonazos (en horas de la madrugada y al anochecer) constituían la señal convenida para abrir o cerrar las murallas de la ciudad y para colocar o retirar la enorme cadena flotante de madera y bronce que daba acceso al puerto de la villa.
Descubrir la llamada Habana extramuros, sin embargo, resulta tan apasionante como desandar las estrechas calles de la vieja ciudad. La Habana fue creciendo bajo el influjo de las más disímiles corrientes constructivas del orbe y en sus terrenos encontraron espacio el renacentismo, el mudéjar, el barroco y el barroco cubano, el neoclasicismo, el eclecticismo, el art nouveau, el art decó y el pragmatismo.
Así, al otro lado de la inútil muralla aparecieron sitios emblemáticos como el Paseo del Prado, el Gran Teatro de La Habana y el Capitolio, uno de los más espléndidos edificios de la capital y en cuyo interior se encuentra la Estatua de la República, la tercera más alta del mundo bajo techo y a cuyos pies se encontraba el diamante que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central.
Nacieron también el afamado malecón habanero, de unos 12 kilómetros de longitud y considerada la imagen más característica de la ciudad, que enlaza al centro tradicional con la populosa barriada de El Vedado, desde cuyo corazón, La Rampa –zona de magnífica urbanización y arquitectura– puede accederse fácilmente a otros sitios de interés turístico como la bicentenaria Universidad de La Habana, la Plaza de la Revolución y el Memorial José Martí (el más alto mirador de la ciudad, con 138,5 metros de altura sobre el nivel del mar), o la Necrópolis de Colón considerado entre los más importantes del planeta por sus múltiples valores artísticos.
Hacia ambos lados del centro de la urbe existen asimismo puntos de notable interés. En dirección oeste, la Quinta Avenida conduce a la barriada residencial de Miramar, que actúa como órbita del mundo empresarial y de negocios y donde es posible visitar una impresionante Maqueta de la Ciudad. El Palacio de Convenciones, el recinto ferial Pabexpo y el exclusivo Club Habana anteceden a la comunidad turística Marina Hemingway, un lugar apropiado para bucear, practicar la pesca de altura, participar en un seafari a las barreras coralinas, o navegar en un confortable yate acondicionado para la vida a bordo.
Hacia el este de la ciudad y después de atravesar el Túnel de la Bahía, se llega al poblado de pescadores de Cojímar –de peculiar belleza y colorido– que invita a rememorar la prolongada estancia en Cuba del Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien encontró precisamente allí muchos de los escenarios y personajes de sus obras.
Más de 15 kilómetros de franja costera, arenas finas y aguas azules y transparentes se extienden entre Bacuranao y Guanabo conformando un circuito náutico que los habaneros identifican sencillamente como las playas del este, y en el cual suelen destacar por sus atributos naturales a Santa María del Mar.
También rumbo al este de la capital, a sólo 15 kilómetros del centro, un pequeño pueblo fundado en 1733 a partir de la existencia de aguas minero-medicinales invita a conocer sus valores históricos, arquitectónicos, culturales y naturales: Santa María del Rosario.
Como toda gran ciudad, La Habana es el corazón de la intensa vida política, científica y cultural de la nación. Decenas de museos, salas de teatro y de conciertos, galerías de arte e instituciones culturales tienen su asiento en la ciudad y algunas como el Ballet Nacional de Cuba, la Casa de las Américas, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, o el Conjunto Folklórico Nacional gozan de enorme prestigio internacional.
Y, por supuesto, es también una urbe donde el buen comer y la diversión tienen un importante espacio en sitios tan conocidos como La Bodeguita del Medio, el Floridita, o el cabaret Tropicana, o en otros menos mencionados, pero que tienen ya un espacio reservado en la preferencia de los millares de turistas que cada año recorren la capital cubana.
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Museo de la Revolucion
El Museo de la Revolución.
El museo se encuentra en el antiguo Palacio Presidencial, y fue construido según proyectos de los arquitectos Maroni, cubano, y el belga Jean Belau. De 1920 a 1960 fue la residencia oficial de los presidentes cubanos.
Sobre la base de los documentos, fotografías, armas y numerosos objetos recordatorios, la exposición ofrece una amplia visión de la lucha completa del pueblo de Cuba por su independencia definitiva de la dictadura batistiana en 1959. La exposición está dividida en tres etapas cronológicas:
Periodo colonial, Seudorepública, y Revolución. En el mismo vestíbulo, un cuadro del pintor cubano Armando Menocal (1861-1942), muestra un episodio de nuestras guerras de independencia en el siglo XIX, la Victoria de las Tunas. En las Tunas, antigua provincia de Oriente, el ejercito libertador bajo el mando de Calixto García obtiene una victoria decisiva sobre las tropas españolas.
El recorrido se inicia en el 2do piso. Documentos, mapas de orientación, armas y numerosos objetos recuerdan, ilustran los acontecimientos ppales de la lucha de liberación nacional de la guerra independentista en la mitad del siglo XIX, entre otros numerosos sucesos de las diferentes personalidades de nuestras luchas. La 2da etapa abarca el periodo que empieza con la proclamación de la seudorepública en 1902y que termina con el ataque al Cuartel Moncada en 1953. La 3ra etapa comprende el desarrollo de la revolución hasta el triunfo de 1959. El recorrido se complementa con una visión de conjunto relativa a los principales logros de la revolución y también a los actos de violencia norteamericanos hasta a invasión de Playa Girón.
El recorrido del segundo piso conduce también por una parte de los salones oficiales y despachos de trabajo del antiguo Palacio Presidencial. El Salón de los Espejos (Salón de Recepción) con el fresco monumental del techo de Armando Menocal: La Glorificación de la Patria. Le sigue el despacho presidencial. Hasta allí llegaron los rebeldes del Directorio Revolucionario en su intento por querer ajusticiar al tirano Batista el 13 de marzo de 1957 en su propia guarida. Del Salón de los Espejos se va a la terraza norte. Desde allí el Gobierno revolucionario proclamó públicamente sus primeras leyes en los meses iniciales de la revolución en los años 59 y 60.
Memorial Granma.
El centro de atracción del museo es el Yate Granma, de casi 20 de eslora y 3,6 mts de manga con el cual desembarcaron el 2 de diciembre de 1956, 82 revolucionarios al mando de Fidel en la antigua provincia de Oriente. Aquí también se encuentra el camión utilizado por los estudiantes durante el asalto a Palacio. Además aparecen trofeos, armas, aviones, los cuales jugaron un papel importante durante la lucha de nuestro pueblo.
historico e interesante lugar
Fue el palacio presidencial desde 1920 hasta 1959. El nicho de ametralladoras lo mando a construir Batista y desarmoniza con el edificio, está en la azotea del mismo. La cúpula de este edificio fue la primera que se hizo en Cuba y la experiencia de esta sirvió después para el capitolio. La exposición que se exhibe del Granma, aviones y demás, es un conjunto monumentario que no tiene que ver arquitectónicamente con el lugar, pero si desde el punto de vista histórico porque aquí radica el museo que recoge los diferentes pasajes de la revolución cubana y la historia de cuba. Hay que explicar que el yate Granma fue construido en 1942 como Yate de recreo, es adquirido en México y es donde vienen los expedicionarios que desembarcan en Playa Las Coloradas. El lugar donde aparece este conjunto de piezas era el parque de Alfredo Sayas, unico presidente al que se le hizo una estatua en vida. Cuando Fidel hace su entrada a la Habana se dirige al pueblo en este lugar y es donde se le posan las palomas, es tambien donde Camilo recita los versos de Bonifacio Virne. Aquí tambien hay otros elementos como el camión de Echevarria del 13 de Marzo, los aviones que participaron en Girón, la estatua que esta en la parte lateral es de Gutiérrez y la que esta en la parte de alante es de Rita Longa.
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