Paseo del Prado, La Habana. Cuba
-
- Prado Avenue. Havana City. Cuba
- Daily
- Destino: La Habana
Evaluar Paseo del Prado
Oficialmente se llama Paseo de Marti, pero los cubanos lo conocen como Paseo del Prado. Las obras de este imponente bulevar empezaron fuera de las murallas en 1770 y se completaron a mediados de la decada de 1830, durante el mandato del capitan general Miguel Tacon, que goberno entre 1834 y 1838, y tambien construyo el Parque Central. Las estatuas de los leones se añadieron en 1928. El Paseo del Prado va del Parque Central al mar. Esta flanqueado por hermosas casas coloniales con columnas. A su paso se levanta el Hotel Sevilla, de estilo morisco; la propia avenida esta sombreada por grandes arboles y es agradable pasear por la mañana, cuando los niños de una escuela vecina, con uniforme y un pañuelo rojo al cuello, lo convierten en patio de recreo
Mapa de Paseo del Prado
Hoteles cerca de Paseo del Prado
Paseo del Prado se encuentra ubicada en La Habana
La capital cubana es, sin dudas, el destino turístico por excelencia de la mayor de las Antillas. Y dentro de ésta su centro histórico "declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1982" resulta un punto de obligada referencia para cuanto visitante llega a esta urbe, durante siglos considerada la llave del Golfo de México.
Al lejano noviembre de 1519 se remonta la fundación, en su emplazamiento definitivo junto al canal de entrada de una bien protegida bahía, de la villa de San Cristóbal de La Habana, convertida con el tiempo en punto de encuentro de las flotas españolas que trasladaban a la metrópolis las riquezas extraídas de sus dominios en el llamado Nuevo Mundo, y eje fundamental en el comercio y las comunicaciones entre éste y el Viejo Continente.
Semejantes ventajas, derivadas esencialmente de su estratégica posición geográfica, incidieron también de manera directa sobre el ulterior desarrollo de la próspera villa, que comenzó a crecer al amparo de un sistema defensivo sin par en la América hispana y rodeada por una muralla cuya construcción (iniciada en la segunda mitad del siglo XVII y concluida más de 100 años después) se consideró desde su inicio ineficaz y costosa.
El Templete, un pequeño edificio neoclásico inaugurado en 1828, es el sitio donde cada 16 de noviembre los habaneros festejan la celebración de la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de La Habana, y el punto a partir del cual se inician –por lo general– los recorridos turísticos por el núcleo original de la capital cubana.
A escasos pasos de allí se encuentran la Plaza de Armas, en torno a la cual se levantan el imponente Castillo de la Real Fuerza (1577) –donde hoy se exhibe la colección de cerámica artística más importante de la Isla y sobre cuya torre se erige La Giraldilla, una artística veleta símbolo de la ciudad– y los Palacios de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad) y del Segundo Cabo.
Otras tres plazas y sus edificaciones colindantes despiertan invariablemente el interés de sus visitantes: la Plaza de la Catedral, rodeada por opulentas mansiones; la recién restaurada Plaza Vieja, donde sobresale la casa de los Condes de San Juan de Jaruco; y la Plaza de San Franciso de Asís, aledaña a la iglesia y el convento de igual nombre, en uno de cuyos claustros se encuentra el Museo de Arte Sacro.
Mas caminar por las calles de la Habana Vieja, muchas de éstas aún adoquinadas, representa también la posibilidad de acercarse a más de una docena de museos y estudios-galerías de afamados artistas plásticos cubanos y latinoamericanos; visitar las casas de Benito Juárez, de Asia, Africa, Puerto Rico, de los Árabes (allí se encuentra la única sala para las plegarias musulmanas existente en Cuba) y de Simón Bolívar.
Resulta asimismo interesante visitar la maqueta de esta municipalidad; transitar por la Alameda de Paula, un hermoso paseo construido en la segunda mitad del siglo XVIII; o cruzar la bahía para llegar hasta los ultramarinos poblados de Casablanca, donde se erige el Cristo de La Habana, y Regla, donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Regla, protectora de marinos y pescadores y patrona de la Bahía de La Habana.
El parque histórico-militar Morro-Cabaña lo conforman dos reductos de la magnitud del Castillo de los Tres Reyes del Morro (1630) y la fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1774), catalogada en su momento como la obra cumbre del sistema defensivo abaluartado. Precisamente desde esta última fortificación se dispara cada noche, a las nueve en punto, un cañonazo de salva que en llamativa ceremonia rememora los tiempos cuando sendos fogonazos (en horas de la madrugada y al anochecer) constituían la señal convenida para abrir o cerrar las murallas de la ciudad y para colocar o retirar la enorme cadena flotante de madera y bronce que daba acceso al puerto de la villa.
Descubrir la llamada Habana extramuros, sin embargo, resulta tan apasionante como desandar las estrechas calles de la vieja ciudad. La Habana fue creciendo bajo el influjo de las más disímiles corrientes constructivas del orbe y en sus terrenos encontraron espacio el renacentismo, el mudéjar, el barroco y el barroco cubano, el neoclasicismo, el eclecticismo, el art nouveau, el art decó y el pragmatismo.
Así, al otro lado de la inútil muralla aparecieron sitios emblemáticos como el Paseo del Prado, el Gran Teatro de La Habana y el Capitolio, uno de los más espléndidos edificios de la capital y en cuyo interior se encuentra la Estatua de la República, la tercera más alta del mundo bajo techo y a cuyos pies se encontraba el diamante que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central.
Nacieron también el afamado malecón habanero, de unos 12 kilómetros de longitud y considerada la imagen más característica de la ciudad, que enlaza al centro tradicional con la populosa barriada de El Vedado, desde cuyo corazón, La Rampa –zona de magnífica urbanización y arquitectura– puede accederse fácilmente a otros sitios de interés turístico como la bicentenaria Universidad de La Habana, la Plaza de la Revolución y el Memorial José Martí (el más alto mirador de la ciudad, con 138,5 metros de altura sobre el nivel del mar), o la Necrópolis de Colón considerado entre los más importantes del planeta por sus múltiples valores artísticos.
Hacia ambos lados del centro de la urbe existen asimismo puntos de notable interés. En dirección oeste, la Quinta Avenida conduce a la barriada residencial de Miramar, que actúa como órbita del mundo empresarial y de negocios y donde es posible visitar una impresionante Maqueta de la Ciudad. El Palacio de Convenciones, el recinto ferial Pabexpo y el exclusivo Club Habana anteceden a la comunidad turística Marina Hemingway, un lugar apropiado para bucear, practicar la pesca de altura, participar en un seafari a las barreras coralinas, o navegar en un confortable yate acondicionado para la vida a bordo.
Hacia el este de la ciudad y después de atravesar el Túnel de la Bahía, se llega al poblado de pescadores de Cojímar –de peculiar belleza y colorido– que invita a rememorar la prolongada estancia en Cuba del Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien encontró precisamente allí muchos de los escenarios y personajes de sus obras.
Más de 15 kilómetros de franja costera, arenas finas y aguas azules y transparentes se extienden entre Bacuranao y Guanabo conformando un circuito náutico que los habaneros identifican sencillamente como las playas del este, y en el cual suelen destacar por sus atributos naturales a Santa María del Mar.
También rumbo al este de la capital, a sólo 15 kilómetros del centro, un pequeño pueblo fundado en 1733 a partir de la existencia de aguas minero-medicinales invita a conocer sus valores históricos, arquitectónicos, culturales y naturales: Santa María del Rosario.
Como toda gran ciudad, La Habana es el corazón de la intensa vida política, científica y cultural de la nación. Decenas de museos, salas de teatro y de conciertos, galerías de arte e instituciones culturales tienen su asiento en la ciudad y algunas como el Ballet Nacional de Cuba, la Casa de las Américas, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, o el Conjunto Folklórico Nacional gozan de enorme prestigio internacional.
Y, por supuesto, es también una urbe donde el buen comer y la diversión tienen un importante espacio en sitios tan conocidos como La Bodeguita del Medio, el Floridita, o el cabaret Tropicana, o en otros menos mencionados, pero que tienen ya un espacio reservado en la preferencia de los millares de turistas que cada año recorren la capital cubana.
- 62 % de personas disfruta esto
-
Excelente
-
Muy Bueno
-
Promedio
-
Pobre
-
Terrible
Paseo de Martí.
Paseo de Martí.
(Paseo del Prado, antiguamente)
Con una longitud de casi 1 Km de largo conduce a la Avenida de Malecón. El tramo entre la calle Neptuno y el Castillo de la Punta (llamado también paseo extramuros o Nuevo Prado en la época de la colonia) se encuentra entre los bulevares más antiguos y más pintorescos del pasado de la Habana. Fue construido en 1772 bajo el gobierno del Marques de Torres (1771-1776) y le sirvió de modelo el famoso Prado de Madrid, aquel paseo mandado a construir por Carlos III sobre u lugar que antiguamente era una pradera. Siendo Capitán General el Conde de Santa Clara (1796-1799) se extendió el Prado hacia el sur siendo pavimentado y ampliado alrededor de 1840. Donde se cruzan las calles Neptuno y Prado se encontraba anteriormente la Fuente de Neptuno. Era una de las esculturas más bellas y admiradas de la ciudad. Se hizo necesario trasladarla a otro lugar.
La zona de peatones en la mitad del Paseo Martí con mosaicos incrustados y orlada de farolas de hierro, tiene en los cruces de las calles estatuas de imponentes leones de bronce. Dos bustos de mármol recuerdan personalidades insignes de la historia cubana. Al principio, de la calle Neptuno, esta el busto de Manuel de la Cruz, historiador, literato, patriota y revolucionario que como colaborador de José Martí, participó en los preparativos de la Segunda Guerra de Independencia. Al final del Paseo se encuentra el busto de Juan Clemente Zenea (1832-1871), poeta y mártir de la Primera Guerra de Independencia, fusilado el 25 de agosto de 1871 en el Foso de los Laureles del Castillo de la Cabaña. En la parte posterior del zócalo figura uno de sus versos “La Golondrina”, escrito en la celda de los condenados a muerte poco antes de ser ejecutado.
A la derecha, poco antes que el Paseo Martí desemboque en el Malecón, se encuentra una pequeña área verde, Parque de los Mártires, restos de la antigua cárcel de la Habana.
Paseo del Padro
El ultimo cambio que se le hizo lo realizó Forrestier, concibió el prado actual que antes tenía una fuente en el medio y él se la quitó, cambio los árboles por los Laureles actuales. Los primeros árboles que tuvo el paseo fueron pinos, pero el pino era un árbol que no resistía los embates del aire y por eso sembró estos que son más resistentes. En este lugar tambien había una zona de retreta donde tocaba la banda. La fuente en sus inicios se encontraba al lado del Hotel Parque Central empezando el Prado, la estatua actual es de Manuel de la Cruz. Paseo del Prado: es un paseo que divide a la ciudad en dos partes. Hacia un lado encontramos la Habana antigua y hacia el otro la perspectiva de la habana moderna. Un lugar muy interesante es la entrada de la bahía.
{{{title}}}
{{review}}
Cuba Tech Travel - Información General sobre Cuba. En esta Sección podras encontrar información sobre Poblados, Pueblos, Caserios, Ciudades, Municipios, Provincias y todos los lugares de Cuba.
Todos los lugares estan señalados con sus coordenas geográficas para su mejores localización en la Isla. Sitos, Lugares y Mas.